JESÚS MORALES RUIZ
Abstracción
de Luz
En el marco
de la celebración de sus 43 años de Vida Artística
"ESE VIEJO TEMA"
"Después de haber visto y analizado las obras del
pintor Jesús Morales Ruiz, se aprecia que el eterno tema de las Flores,
Paisajes y Bodegones, sigue teniendo vigencia.
La disyuntiva está, en cómo se trata, v no cabe la menor
duda que Jesús Morales Ruiz da a ese "Viejo Tema"
una calidad y una nueva expresión por su espiritualidad, al tratamiento de estos motivos.
una calidad y una nueva expresión por su espiritualidad, al tratamiento de estos motivos.
Estas nuevas obras de Morales Ruiz, me confirman que
estoy frente a un artista serio y preocupado. Recordándome aquel verso del gran
poeta Rubén Darío "La Virtud consiste en ser tranquilo y fuerte, con el
fuego interior todo se abrasa, se triunfa del rencor y de la muerte y hacia
Belén la caravana pasa".
Pedro Ángel González - Premio Nacional de Pintura
(1941)
"PAISAJES EN EL TIEMPO"
"La claridad de los
actos, reviven senderos de esperanza y acto de pintar como lo hace Jesús Morales Ruiz, con el empeño y la
disciplina del creador... permiten reiterar, de manera transparente, la
satisfacción que nos produce los logros obtenidos.
Paisajes en el tiempo es el mundo interior de
Morales Ruiz, donde nacieron azules en la brisa y se perciben calladas
ausencias para perpetuarse en la cercanía".
Ramón Vásquez Brito - Premio Nacional de Artes
Plásticas (1950)
LAS DIMENSIONES
PLÁSTICAS PSICOLÓGICAS EN LOS PAISAJES DE MORALES RUIZ.
La concepción paisajistica de Jesús Morales Ruiz no es el producto de un
acercamiento descriptivo a la realidad morfológica de su entorno, por el
contrario, es el resultado de un recogimiento espiritual. Cada cuadro es la
traducción sensible de una determinada ubicación imaginativa que no se
identifica con ninguna referencia reconocible. Esto explica que la exhuberancia
de nuestra vegetación, la tropicalidad de nuestra luminosidad, la densidad de
nuestra temperatura y la accidentalidad de nuestra topográfica no quedan
incorporadas en su obra. Más allá de cualquier estimulo perceptivo, la fuente
de sus resoluciones se identifica con una introspección muy sosegada que no le
deja cabida a ningún ingrediente estridente: la visión apacible de la vida se
convierte en la condición necesaria y en el requisito suficiente de su versión
plástica.
Esa
quietud motivacional alcanza efectos plásticos muy ramificados: los espacios
abiertos, las atmósferas iridiscentes, las transparencias reverberantes y las
perspectivas abarcadoras constituyen el registro básico de su alfabetidad. Un
rápido recorrido sobre estos aspectos nos reporta que, en Morales Ruiz, el
espacio asume una doble condición. Por una parte, es temática plástica y, por
otra, es enfoque conceptual. En el primer sentido se solventa como dimensión
visual proyectada, horizontal y verticalmente, mediante la representación de lo
amplio y de lo vasto. Pero estas denotaciones no se restringen a la exclusiva
evidencia sensible, sino que también se prolongan hacia connotaciones
psicológicas que se relacionan con lo desahogado y de lo desembarazado, con lo
despejado y lo limitado. Con toda la propiedad puede afirmarse, en esta obra.
el espacio adquiere simultáneamente, una singularidad desdoblada: es evidencia
pictórica y es revelación ilusoria.
Esas
acepciones de lo espacial se apoyan en las resoluciones de lo atmosférico. En
efecto, este aspecto adquiere una condición muy protagónica en la propuesta de
Morales Ruiz. La razón puede encontrarse que para enfatizar las implicaciones
de lo supuesto, de lo imaginario, de lo aparente, y, en definitiva, de lo más
recóndito de lo introspectivo, no hay nada mejor que la sensación envolvente
que proporciona lo neblinoso y lo nebuloso. Estas impresiones vaporosas asumen
propiedades climáticas muy especiales, en virtud del comportamiento iridiscente
de los colores tonales. Para darle fuerza a este enfoque, nuestro artista eleva
la luminosidad de sus cuadros y hace que todas las combinaciones cromáticas se
subordinen al blanco. Por eso, los referentes se des materializan, los ámbitos
se enturbian, las focalizaciones se alejan de lo nítido y la temperatura se
hace más húmeda. Es aquí precisamente donde surge el aporte de la transparencia:
concretar una síntesis entre los planos integrados de un espacio y las
sensualidades térmicas de una atmósfera. En el caso específico de Morales Ruiz,
lo que emerge es una translucidez en donde el horizonte se refleja, las nubes
se desplazan, las luces se encienden, los vientos se atenúan, los elementos se
disuelven, las instancias se esfuman y las perspectivas se extralimitan. Todo
esto ocurre en unos mismos recuadro s que sirven para fusionar los enfoques
delicados y liricos del paisaje plástico con los estatutos imperturbables e
introspectivos del paisaje psicológico.
Víctor
Guedez - Crítico de Arte
Jesús
Morales Ruiz
Artista Plástico
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